Más bien nunca fui de la Barbie de mi época. Recuerdo dos con especial cariño:
Una morena que dudo que fuese de Mattel y otra de Mattel a la que le corte el pelo, "tatué" el cuerpo y la que, al final, acabó con la cabeza rodando bajo mi cama.
Pronto empecé a interesarme por otras cosas como los libros, la música o los pequeño coleccionables que regalaban con los huevos kinder (está bien, esto último fue por el chocolate) o los lapices.
Pero hoy, le llamaremos Le Calvo, ha compartido conmigo un twitt que me ha devuelto a aquella pequeña habitación que tenía un armario con con las puertas verdes y dibujos míos en las paredes de las ciudades que quería visitar durante las vacaciones.
Tengo que decir, que aunque me sobran unos cuantos (bastantesmuchosasaco) kilos, no soy ninguna gordiloca, curvycrazy o como diablos quieran seguir llamando a esto de las chichitas orgullosas, no me malentendáis, me parece genial, pero es que ya salen hasta de debajo de las piedras estas denominaciones...
Pero esta noticia me alegra porque, soy de la opinión, es necesario que las grandes marcas, o referentes o influencers o quien sea, empiecen a perder el miedo al cambio.
Es un gran paso que Mattel ponga su granito para gritarle a este mundo podrido que:
Everyone is awesome!
Qué más da como seas? Gorda, flaca, alta, baja, teñida de rosa chicle, rapada, blanca, negra, pecosa, oriental, albina... QUÉ MÁS DA?
En la diferencia está la magia.
Mattel hace una apuesta arriesgada pero yo estoy segura de que va a marcar un antes y un después.
Os dejo el link del artículo del Time donde también podréis ver el spot.
Buen jueves!
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